La iluminación del salón es clave para crear un ambiente cómodo, cálido y adaptado a tus necesidades diarias. No se trata solo de colocar una lámpara, sino de diseñar un sistema lumínico funcional, estético y eficiente. A continuación, te ofrecemos una guía práctica para ayudarte a tomar la mejor decisión.
1. Define el uso del espacio
Antes de elegir las luminarias, piensa en las actividades que realizas en el salón:
- ¿Ves la televisión?
- ¿Lees o trabajas desde casa?
- ¿Recibes invitados?
Cada función requiere un tipo de iluminación distinta: luz ambiental, luz puntual o luz decorativa.
2. Combina tres tipos de iluminación
Una buena iluminación del salón debe integrar tres capas:
- Luz general: Ilumina todo el espacio de forma uniforme. Puedes usar plafones, lámparas de techo o luces empotradas.
- Luz puntual: Se utiliza para zonas específicas como una mesa de lectura o un rincón de trabajo. Aquí encajan las lámparas de pie o de sobremesa.
- Luz decorativa: Aporta personalidad y estilo. Ejemplos: tiras LED, apliques o luces indirectas.
3. Cuida la temperatura de color
Elige luces con temperaturas cálidas (entre 2700K y 3000K) para crear un ambiente relajante. Si necesitas concentración, puedes añadir puntos de luz neutra (hasta 4000K) en zonas de lectura o trabajo.
4. Juega con la distribución
Distribuye la iluminación para evitar sombras duras y lograr un ambiente equilibrado. Combina luz directa e indirecta, y aprovecha las paredes para reflejar la luz de forma natural.
5. Errores comunes que debes evitar
- Usar una única fuente de luz en el techo.
- No considerar la luz natural.
- Elegir bombillas demasiado frías o potentes para zonas de descanso.
- No usar reguladores de intensidad (dimmers).
6. Recomendación final
Invierte en iluminación LED eficiente. No solo ahorrarás en tu factura de luz, sino que también tendrás más opciones de diseño, temperatura y personalización para tu salón.